Experiencias en plena pandemia: Estrategias estudiantiles desde enfoque territorial y de género.

Por Lic. Sabrina Iacobellis, Lic. Esteban Unamuno, Lic. Noelia Mayor
Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ)
Buenos Aires, Argentina

El presente escrito recoge líneas de investigación que venimos trabajando hace varios años, las cuales se centran en analizar las trayectorias de estudiantes universitarias/os. En este sentido, nos interesa escribir sobre las trayectorias estudiantiles en la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) en la situación actual de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio- COVID19 desde una perspectiva de género, contextualizando a los y las estudiantes en su territorio específico en la zona sur del conurbano bonaerense como es aquel que rodea la UNAJ, compuesto por un conjunto de partidos del Conurbano bonaerense, que en general comparten ciertas características, como es el nivel educativo de su población.  Destacamos en nuestro trabajo que cuando pensamos en trayectorias, incluimos los diversos recorridos previos de los sujetos, es decir, no creemos que el inicio de las trayectorias formativas se den al momento de  ingresar a una institución educativa, sino que los saberes previos, las costumbres, las percepciones son parte también de la construcción de identidades.

La Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) fue fundada a partir de la sanción de la Ley Nacional N° 26.576 e inaugurada hacia el año 2010 en el partido de Florencio Varela. Es una institución educativa que fue pensada para dar respuesta a las carencias que atravesaba la educación superior en un conjunto de partidos de la zona sur del Conurbano de la Provincia de Buenos Aires.

La UNAJ transformó a la región en un semillero de profesionales que el propio territorio solicitaba brindando mejores servicios no sólo educativos, sino también económicos y sociales. De esta manera, la comunidad se sintió parte de un nuevo proyecto que esta vez sí la incluía. Empezaban a escucharse entonces, las voces de aquellos que solían sentirse invisibles en un territorio que aún hoy permanece abandonado.

La UNAJ le permitió y le permite a muchas familias un mejor futuro, brindando educación pública y gratuita de calidad no solo a sus hijas e hijos, sino a ellas y a ellos mismos. Cabe aclarar, que el promedio de edad durante los primeros 5 años de la creación de la Universidad ha sido elevado, y esto se debe a que sectores que ya no creían en la posibilidad de tener un título universitario, recuperan la esperanza, deciden inscribirse a una carrera y llenar las aulas.

Nuestras líneas y miradas de investigación nos permiten pensar en cada trayectoria educativa como un recorrido distinto. Nuestro punto de partida para pensar a esos sujetos que hoy deciden cursar una carrera en una universidad, no es el inicio de su vida universitaria, sino todos aquellas nociones y saberes previos que traen consigo. Y es aquí en donde emerge nuestra mirada en los trayectos académicos como discontinuidades, rompiendo con la tajante idea de deserción universitaria o más aún el mal llamado fracaso académico. Creemos que resulta indispensable dar visibilidad a los distintos modos y las diversas formas en que las y los estudiantes dan sentido a su recorrido por la universidad y las múltiples estrategias que generan para transitar los estudios  y  poder graduarse.

La situación actual de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) que trajo consigo la pandemia del COVID- 19 y que nuestro país propuso como medida de protección ha generado una instancia inédita en las maneras de vincularse en los espacios educativos de todos los niveles. La expansión mundial del COVID-19 ha impactado en la realidad socioeconómica a escala global. La rápida velocidad de los contagios y la tasa de letalidad obligó a tomar  medidas excepcionales de prevención. Es en el marco de esta pandemia cómo se produce la virtualización de los estudios universitarios.

En esta instancia la UNAJ, como comunidad universitaria, se ve forzada a interactuar por medios preexistentes pero poco masificados tanto entre estudiantes, docentes y áreas institucionales de la universidad. En el actual contexto del ASPO las situaciones de desigualdad estructural se agudizan, dando lugar en algunos casos a una interseccionalidad en relación al sector social de origen, posibilidades de inserción laboral, género y tareas de cuidados asociados a él. Resulta de interés, entonces, poder situarnos desde un enfoque de género y territorialidad. 

El enfoque de género iluminará las miradas en torno a las experiencias universitarias y a las trayectorias educativas, permitiéndonos pensar los procesos sociales desde la diferenciación, dominación y subordinación que atraviesan los cuerpos feminizados. La matrícula de la UNAJ se compone con un alto porcentaje de mujeres. La inserción de las mujeres en las universidades evidencia el despliegue de un particular conjunto  de estrategias que dichas mujeres en sus múltiples identidades han sabido desplegar para poder hacer frente al desafío de llegar, permanecer y graduarse en la universidad.

Mientras que un enfoque territorial nos impulsa a pensar relaciones sociales en un contexto específico. La UNAJ ha demostrado sostener un vínculo con el territorio en el que se emplaza, generando experiencias particulares.

El nuevo escenario generado por el COVID-19 representa una profundización de aquellas desigualdades estructurales y coyunturales al interior de nuestro territorio que se reflejan en las distintas dimensiones socio- económicas y que afecta principalmente a nuestro estudiantado. Siendo las mujeres aquellos cuerpos que mayor carga sobrellevan en relación a los trabajos domésticos y de cuidados.

Consideramos necesario e imprescindible poder visibilizar cómo más allá de las complejidades, las dificultades y la sobrecarga son las mismas mujeres estudiantes de la UNAJ quienes no han abandonado ni retrocedido en su deseo de aprendizaje y crecimiento. Su inserción en la universidad durante el ASPO evidencia el despliegue de un conjunto particulares de estrategias que en sus múltiples identidades han sabido desplegar para poder hacer frente al desafío que los estudios, la virtualidad y la cotidianeidad que sus vidas conllevan, ya que la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados se expresa de forma significativa en sus vidas.

Dar cuenta de sus estrategias desplegadas asociadas al impacto desigual sobre sus trayectorias universitarias que ha introducido el nuevo escenario de crisis COVID-19 resulta pertinente vislumbrando como estas mujeres madres, hijas, compañeras, trabajadoras, militantes han logrado construir nuevos lazos, generando espacios de contención entre ellas y hacia la comunidad.

Todas y todos nos encontramos frente al desafío de sobrevivir a un tiempo de sobreexigencias en un contexto en el que las desigualdades socioeconómicas se exacerban. Los caminos que nos enseñan nuestras estudiantes, brindando a partir de las herramientas obtenidas lugares de contención ante la crisis por la pandemia, precisa ser narrado. Nuestras estudiantes han comprendido que ante una situación tan compleja, aquel territorio de donde venían, y que les dio la posibilidad de crecer y formarse, hoy necesita de ellas.

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